El envase contiene 300 ml. y su precio fue 3,24 euros .
Lo comercializa la multinacional Johnson & Johnson, lo que explica la cobertura publicitaria que se le ha dado en los medios con motivo de su lanzamiento al mercado.
La primera vez que lo usé no me sorprendió por nada especial; su olor es ligeramente floral, fresco, y su textura tiene aspecto lechoso y untuoso.
En el primer uso, al aplicar sobre cabello previamente mojado, apenas hace espuma. Es en la siguiente aplicación en la que crea más espuma y es agradable enjabonarse con él.
Tras el aclarado, el peinado del cabello no presenta grandes tirones, eso sí, paciencia si tienes fino el pelo y disfrutaste enjabonando y aclarando dos veces...
Una vez secado el pelo queda con un agradable aroma frutaly sedoso y brillante (será la leche de jazmín?) , pero como me suele quedar con la mayoría de champús.
Y ahora llegamos a la parte más interesante y por la que compré este champú; en la descripción de este producto en su página web http://www.lepetitmarseillais.es/champu/arcilla-blanca-y-leche-de-jazmin dice textualmente:
"...para lucir un cabello hidratado, resplandeciente y limpio durante más tiempo, permitiendo espaciar el tiempo entre lavados".
Llevo usándolo 15 dias y si bien es cierto que el pelo luce brillante y sedoso al día siguiente de habérmelo lavado, las raíces ya se ven algo apelmazadas y grasas, en contraste con el resto del cabello (como suele ser habitual en mi pelo).
En comparación con resultados obtenidos con otros champús de marca, no observo ninguna diferencia en la frecuencia con la que he de lavarme el pelo para que luzca limpio.
Eso sí, un aspecto en su favor en mi caso, es que al no necesitar crema suavizante para desenredar en el peinado tras el lavado, eliminas un aporte extra de grasas y aceites al pelo, algo que suele engrasar más las raíces.
En definiva, es un buen champú, pero el pelo no dura más tiempo limpio.
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